jueves, 4 de septiembre de 2014

EL SANTUARIO DE NUESTRA SEÑORA DE REGLA

 
Primitivo origen y derivo del Monasterio
Tiene su origen en un castillo fortaleza, propiedad de los Ponce de León, Señores de Chipiona.
D. Pedro III Ponce de León, cuarto señor de Marchena y primer Conde de Arcos lo donó a los agustinos en 1399, para convertirlo en iglesia y así dar culto a la Virgen.
El castillo sufrió múltiples modificaciones a lo largo de los siglos para adaptarlo a sus usos religiosos, pero manteniendo siempre su imagen de fortaleza. Para su adaptación, con los favores de los Ponce de León, señores de Rota y Chipiona y los Pérez de Guzmán, señores de Sanlúcar. Además, se ofrecieron indulgencias para aquellos que visitasen y ofreciesen limosnas al Santuario, con las que se sufragaron las nuevas obras.
El monasterio se ensancha en torno a dos patios: el llamado del Real y el Conventual, este último conocido como el Patio Mudéjar y joya del Santuario, destacando el aljibe (1460) y el ajimez o ventana con parteluz, que podría ser mozárabe.
El siglo XVII supuso la edad de oro del Santuario, el culto a la Virgen de Regla cruzó fronteras por tierra y mar y se construyó el Humilladero.
Ya en el siglo XIX, destacan dos fechas oscuras: 1808, año en el que debido a la invasión francesa los religiosos tuvieron que abandonar el Santuario, y 1835 en el que la Exclaustración de las Órdenes Religiosas hizo que los agustinos se vieran obligados a dejar este lugar, en esta ocasión para siempre. El Santuario fue víctima de expolios y cayó en el abandono, no así la imagen de la Virgen de Regla, que fue llevada hasta la Parroquia, lugar donde permanecería durante 17 años.
En 1851, los Infantes de Orleáns, que habían establecido su residencia veraniega en la vecina localidad de Sanlúcar, hicieron una visita a Chipiona donde tuvieron conocimiento de la historia de la Virgen de Regla. Una vez conocida se propusieron restaurar la antigua iglesia y devolver la imagen a su lugar, teniendo lugar este regreso el 7 de septiembre de 1852. Se nombró al Padre Castro como capellán de la iglesia, abriéndose una nueva etapa en el Santuario hasta la llegada de los franciscanos.
Durante la segunda mitad del siglo XIX, la Orden de San Francisco intentaba revitalizar sus misiones y restaurar Provincias y conventos extinguidos. En 1882, el Estado cede el Santuario al Padre Lerchundi, permitiéndole el establecimiento de un colegio de misioneros para Marruecos y Tierra Santa. Desde que los franciscanos se hacen cargo, la devoción popular hacia la Virgen cobra un auge sin precedentes.
El proyecto de construcción de un nuevo templo, espacioso para el auge que había experimentado el culto, era una idea que acariciaban los franciscanos desde poco después de su llegada a Regla. Pero en 1899 pasó a la voz popular, cuando en la fiesta de la Virgen el predicador lanzó desde el púlpito la idea de levantar un nuevo templo.
El 17 de mayo de 1904, se aprobó el derribo de la iglesia y en el mismo año se procedió a la construcción del nuevo templo. La obra, de estilo neogótico, se realizó en sólo dos años, y se inauguró en 1906 (a falta de la torre principal que se finalizaría en 1909)
Apenas llegados los franciscanos a Chipiona acariciaron la idea de un templo nuevo. La antigua ermita de 16x4 metros resultaba insuficiente para el número creciente de peregrinos y para una comunidad de más de 80 frailes.
El Padre Antonio Medina, en 1899, el día de fiesta de la Virgen comunicó a los fieles el proyecto. La noticia se recibió con un aplauso atronador. Salvadas no pequeñas dificultades, tres años después, en P. José Escolá decidió resucitar el viejo sueño.
Comenzó la recogida de donativos. El primero de todos fue el de D. Sebastián Herrero, arzobispo de Valencia, quien donó su pectoral y anillo y, siendo cardenal, la cantidad de 35.000 pesetas. Los gastos del camarín fueron costeados, en parte, por los infantes de Orleáns. También se organizaron colectas en Sevilla, Cádiz, Jerez, Rota, El Puerto, Sanlúcar, Chipiona y otras poblaciones. El total de las limosnas recogidas rondó las 100.000 pesetas.
El derribo costó 5.000 pesetas, comenzó el 17 de mayo de 1904. En Septiembre ya estaba listo el solar. El convento se llenó de puertas, ventanas y todo tipo de materiales. El cronista refiere una escena jocosa: “se amarraron gruesas maromas al campanario, todos los obreros tiraban con energía, pero en vez de rodar la espadaña, se vio una ristra de hombres colgados de la cuerda como si fueran chorizos”. En un segundo intento se rompió y todos quedaron tendidos en el suelo. A la tercera fue la vencida.
Actual Santuario
El 30 de Octubre de 1904, finalizó la Eucaristía, el notario D. José Badanelli leyó la acta oficial y, tras su bendición, se colocó la primera piedra a metro y medio de profundidad, debajo del manifestador.
Los planos fueron diseñados por Fr. José María Rodríguez, que dirigió también las obras.
La dirección técnica y legal la llevó D. Antonio Arévalo, arquitecto municipal de Sanlúcar. A Fr. Baldomero González se le encomendó la contabilidad. Para la albañilería se contrataron a los maestros Diego Rodríguez y Manuel Ruiz, que actuaban de contratistas. La carpintería se le confió a Manuel Mudarra y Manuel Pozo. Muchos trabajadores de campo entraron en la obra como peones de albañilería, entre los que destacaron pronto los hermanos Joaquín, Manolo y Pepe Jurado. Los materiales se adquirieron en los almacenes de Pedro y Manuel Fernández Palacios, quienes concedieron a Fr. José Mª. Amplísimas facilidades, además regalaron la madera de la sillería del coro. Los ladrillos para los pilares y arcos. Se compraron en Huelva. El cemento procedía de las fábricas de Portlan y de Lafarge.
Continua Fr. Baldomero, que contemplaba con admiración aquel hormiguero de trabajadores disciplinados y entusiastas, resume el ingente trabajo en unas líneas: “Duraron las obras del grueso del edificio desde el 30 de Octubre de 1904 hasta el 14 de Enero de 1906, ñeque el templo de puro estilo gótico se abrió solemnemente al culto”.
Las vidrieras

Cuando en el año 1954 se coronó canónicamente a la imagen de Nuestra Señora de Regla, los franciscanos quisieron que el Santuario, relicario de la Virgen Morena, recibiese un rasgo de belleza: los viejos vidrios, el año 1955 se convirtieron en artísticas vidrieras. Procedían de las fábricas de espejos y manufacturas de cristal plano de Jaime del Pozo, de Sevilla. El dibujante y técnico de la misma casa fue D. Antonio Vallejo.
A las vidrieras, lo mismo que a cualquier otra obra, no les podemos exigir una duración secular. El paso del tiempo, el azote del viento, las inclemencias meteorológicas y la dilatación, hicieron que se abombasen y agrietasen con peligro de desprendimiento. Se hacía necesaria la restauración.
La comunidad franciscana lo puso en manos de la prestigiosa casa, de origen francés, Maumejéan, que desde el año 1912, que reparó las vidrieras de la catedral de Burgos, viene trabajando en los principales templos del país. Dirigió la obra D. Francisco Hernando Pascual.           
El pasado curso se enderezó, emplomaron y recortaron en la medida precisa para eliminar las tensiones que se producen por la temperatura y por no poseer el espacio para su dilatación. Asimismo han sido protegidas por un vidrio inastillable de seguridad. Con él, al no tener ningún elemento que las distorsione, se puede ver la imagen desde el exterior.
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1.- San Francisco de asís (1182-1226). Fundador de la orden franciscana (franciscanos, clarisas y orden tercera). Considerado como el hombre del milenio.
 2.- San Buenaventura (1218-1274). Ministro General de la Orden de Frailes Menores. Obispo y Doctor (Seráfico). Gobernó la orden con sabiduría y prudencia.
Ojo de buey: Símbolos marianos ( La M y la media luna) y eclesiales: las llaves (poder atar y desatar).
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3.- Ancla y crismón: El ancla, desde los primeros tiempos del cristianísmo, símbolo de esperanza.
El crismón: monograma de Cristo con el que solía encabezar los documentos públicos y privados, sobre todo durante los siglos IX-XIII.
4.- Espiga: Símbolo eucarístico: Jesús en la eucaristía, se quedó como pan para alimento de los que caminamos hacia el padre.
Ojo de buey: Pan eucarístico.
 
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5.- Virgen de los Reyes: Escultura del siglo XIII. Se halla en la Capilla Real de la Catedral de Sevilla. Es la Patrona de Sevilla.
6.- Virgen del Carmen: El Carmelo es signo de belleza y fecundidad. Este monte, vinculado a Elías, fue escenario de una experiencia espiritual hacia el siglo XII; un grupo de hermanos se reúnen y comienzan a denominarse Orden de Santa María del Monte Carmelo. A la Virgen del Carmen los pescadores la tienen por patrona principal. Por los rasgos que presenta la vidriera, podría tratarse de la Virgen del Carmen de San Fernando.
Ojo de Buey: Jesús como camino: “Yo soy el camino, la verdad y la vida.”
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7.- San José: Padre nutricio de Jesús. Esposo de la Virgen María. Los evangelio le llaman ”Varón Justo”. De oficio artesano.
8.- Santa Ana: Es una tradición que arranca del siglo II, se denomina con este nombre a la madre de la Virgen. El culto a Santa Ana se introdujo muy pronto en el Oriente.
Ojo de buey: Cántico del hermano Sol: Loado, mi Señor, por el hermano Sol.
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9.- Virgen del Pilar: El título de Santa María del Pilar aparece en el siglo XII. Todo lo demás pertenece a la leyenda. Se la venera como patrona de la hispanidad.
10.- Virgen de Guadalupe: Al pie del cerro de Tepeyac, Méjico, se apareció la Virgen al indio Juan Diego. Éste es enviado por la Virgen para que el obispo Fr. Juan de Zumárraga le levante en el lugar de la aparición un templo. Es la patrona de Hispanoamérica.
Ojo de buey: Cántico del hermano Sol. Loado, mi Señor, por el aire y nublado.
 
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11.- San Agustín (354-430) Obispo de Hipona. Su conversión se debe a las oraciones y lágrimas de su madre Mónica. Doctor de la Iglesia. Cabeza de la familia religiosa agustiniana. Fueron los agustinos quienes durante casi 500 años custodiaron la imagen de Regla.
12.- San Bernardo (1090-1153) Doctor de la Iglesia. Monje del Cister. Abad de Claraval, desde ahí trabajó incansablemente por la reforma de la Orden. Gran devoto de María.
Ojo de buey: Cántico del hermano Sol: Loado, mi Señor, por la hierbas y flores.
 
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13.- San Francisco bendiciendo a Asís: el 3 de octubre de 1226, Francisco ciego y agotado su cuerpo, pide ser trasladado a su querida Porciúncula donde muere. Durante el traslado bendice Asís.
14.- San Francisco pidiendo el perdón de la Porciúncula (Santa María de los Ángeles). Francisco pide al Papa Honorio III que todos los pecadores contritos que visiten este lugar, obtengan del Señor el perdón de los pecados.
Ojo de buey: Cántico del hermano Sol: Loado, mi Señor, por el hermano fuego.
 
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15.- Estigmatización de San Francisco: En septiembre de 1224, en el monte Alvernia (promontorio de los Alpes), San Francisco recibe la visión de un serafín alado (Cristo) que le imprime las llagas en su cuerpo. Se convierte en “otro Cristo”.
16.- San Francisco predicando a las aves: Son numerosos los lugares que fueron testigos de esta predicación singular de San Francisco a las aves: Cannara, Pian d´Arca, Las Cárceles, Alverna…
Ojo de buey: Cántico del Hermano Sol: Loado, mi Señor, por la hermana muerte.

Fuente:
 


http://www.santamariaderegla.com/historia.htm
 

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